Madrugar merece la pena, es una forma más tempranera de comenzar el día y a veces nos regala espectáculos visuales que bajo las sábanas, sólo soñaríamos. Aunque el frio se te queda pegado en las manos y en la nariz cuando arrimas el visor , un disparo mañanero levanta el ánimo y las ganas de sacar más fotos . Ya está la realidad del día a día para quitarte ese momento de alegría.
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