
Vincent, el pintor de los girasoles pintó un cuadro que tituló silla vacia, una solitaria y distorsionada silla con trazos enérgicos, al sentirse abandonado por un amigo pintor que vivía con él. Hace varios días en una casa abandonada encontré la silla de Vincent en un abandonado desván de una casa olvidada. Sus dueños, entre papeles dejaron un símbolo del abandono como hizo nuestro pintor con su silla, y no sólo dejaron un símbolo en el desván sinó en muchos sitios de la casa, las fotos de la boda en grises llenas de polvo en el fregadero y un sinfín de detalles de la urgencia de escapar de una casa vieja
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